lunes, 21 de julio de 2008

El derecho a preguntar

¿Cuántos miembros de la misión sabían que uno de ellos portaba un emblema prohibido por órdenes superiores y por el derecho internacional?

Por Daniel Coronell Fecha: 07/19/2008 -1368

La felicidad, que compartimos, por los resultados de la Operación 'Jaque', no se debe convertir en una renuncia colectiva a la verdad. La última controversia, sobre el uso de un emblema de la Cruz Roja, deja preguntas pendientes. El Presidente admitió el error, pero su explicación crea más interrogantes.

De acuerdo con la versión presidencial, uno de los oficiales de inteligencia que participaron en la operación se asustó al ver la cantidad de guerrilleros que rodeaba el helicóptero, y por eso decidió -de manera súbita- ponerse un peto de tela con el escudo del Comité Internacional de la Cruz Roja.

Sin embargo, para ponerse la insignia era necesario que el militar la hubiera llevado a la operación, y para que la llevara, que la hubiera conseguido con anterioridad. ¿Quiere esto decir que hubo premeditación en el uso del símbolo?

Por lo demás, la cadena estadounidense CNN, cuya noticia provocó la respuesta presidencial, revela que en fotografías tomadas antes del inicio de la Operación 'Jaque' -y vistas por su corresponsal en Colombia- aparece un militar vistiendo el distintivo de la Cruz Roja.

En el reporte, CNN asegura: "En una de las fotografías cerca de 15 integrantes del equipo, liderado por la inteligencia militar colombiana, posan para una foto al lado de un helicóptero. Uno de los miembros, vestido con una camiseta roja, pantalones caqui y una bufanda árabe blanca y negra, porta un peto de los que usan los funcionarios de la Cruz Roja, con el emblema y la leyenda 'Comité Internacional Genève'".

Según la información, el mismo hombre aparece en otras dos fotos siempre luciendo el peto de la Cruz Roja. ¿Cuántos miembros de la misión sabían que uno de ellos portaba un emblema prohibido por órdenes superiores y por el derecho internacional? ¿Cómo puede pasar inadvertido semejante detalle en una operación milimétricamente planeada?

El gobierno afirma que se enteró del error apenas el lunes pasado, pero el viernes 4 de julio -dos días después de la operación 'Jaque', cuando el gobierno entregó a los medios un fragmento de video del rescate-, Caracol Noticias revisó cuadro a cuadro el material y publicó esa misma noche la imagen, de una décima de segundo de duración, en la que se puede ver parte de la insignia. Sólo se veía eso porque la secuencia había sido editada.

Como el video completo siempre ha estado en manos oficiales, vale la pena preguntarse: ¿Por qué los funcionarios y los militares no pudieron ver en 12 días y en la grabación original, lo que los reporteros encontraron en pocas horas y en la copia editada?

El Presidente narró que crearon una página de Internet a nombre de una misión humanitaria ficticia para hacer creíble la operación en caso de una verificación por parte de la guerrilla. Al mismo tiempo, aseguró: "Se dieron órdenes claras y perentorias, a lo largo del planeamiento de la operación, de que no se suplantaran organizaciones humanitarias internacionales".

Entonces, ¿por qué el sitio de fachada (www.misionhi.org) copió varias páginas de una organización internacional auténtica, llamada 'Global Humanitaria', con actividad en Colombia y sede central en España? ¿Y por qué cuando empezaron a surgir las preguntas, el miércoles en la tarde, no hubo respuestas, sino que simplemente salió del aire la página de Internet?

Estas son unas pocas preguntas, de las muchas que deja el episodio. Sin embargo, aquí y ahora, lo políticamente correcto es no plantear dudas. Quien pregunta es un lunático o un enemigo de las instituciones. Lo debido es callar y acoger sin reparos la versión oficial.

Todos celebramos el rescate. Fue una operación incruenta y exitosa. Cualquier análisis debe tener en cuenta que el operativo (incluidos sus errores) buscaba salvar vidas y devolver a la libertad a personas secuestradas por largos años y sometidas a un tratamiento inhumano y degradante por parte de un grupo criminal.

Sin embargo, no podemos renunciar a hacer preguntas, ni a buscar la verdad. Aunque muchos prefieran creer, que saber.

Tomado de Semana.com

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viernes, 18 de julio de 2008

¿Por qué no marcharé?


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Uribe-Chavez: juntos son dinamita

"Perdon y olvido", la novelasurrealista protagonizada por el recio galán Álvaro Uribe y Hugo Chávez el millonario del barrio, en su rol de villano, finalizó con un fraternal abrazo ¿del oso? el pasado viernes en Venezuela. Final bien, todo bien.

La coproducción firme candidata a mejor novela extranjera del 2008, tuvo los ingredientes dramáticos que hacen apetecidos a nuestros culebrones en el mundo entero: traiciones, odios, celos y amores incomprendidos. Por suerte, al final del día prevaleció la sensatez.

En política nada es definitivo ni seguro; los juegos florales preceden a menudo a la violencia dialéctica, a la provocación, a la pelea. El ministro de la defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, un auténtico taliban del micrófono, no esperó a que se desvanecieran los rumores del after party y procedió a lanzar la primera piedra a la jaula del león: "Chávez no debe permitir que en Venezuela se alojen los terroristas de las Farc". No hay nada peor en política que ser inoportuno. Por suerte, el presidente Uribe desactivó la mecha y desautorizó al lenguaraz ministro Santos. Recién se había firmado la paz y ya este…

Luego de entonados los himnos de los dos países (himnos largos países pobres) ambos mandatarios sostuvieron una reunión a solas. “Fue un encuentro franco”, afirmó el presidente Chávez, lo que en el protocolo diplomático significa que se dijeron de todo, literalmente se sacaron los trapitos al sol.

La comunidad internacional no ignora que a menudo Chávez entra en auto combustión y lanza improperios, grita, pierde crédito. Los opositores le llaman “el secador de pelo” por la energía con que sale aire caliente de su boca cuando se enfurece. A veces va más allá y ordena a sus generales por televisión: “enviénme 10 batallones a la frontera con Colombia, chico”, como quien pide una cerveza y tres empanadas.

Uribe, no se queda atrás. Acostumbrado a jugar de espaldas a la portería (rechaza el acuerdo humanitario que el mundo entero le reclama hace años), se maneja por las encuestas que le son ampliamente favorables: “El Estado soy YO, después de mi el diluvio” (léase, hecatombe). En una escena digna de “Animal Planet” advirtió a un subalterno: “… siga hablando y le doy en la jeta, ¡marica!”.

En la reunión entre los dos jefes de estado se acordó que el “bota fuego” (computador de Raúl Reyes), quede relegado, al menos temporalmente, al cuarto de San Alejo para que las relaciones entre ambos países encuentren tierra fértil en la cual profundizar sus raíces.

Hugo Chávez que en cuestiones políticas le pega con las dos piernas, sabe que las elecciones de noviembre son definitivas para su revolución socialista. Su administración ha estado últimamente inquieta nacionalizando empresas extranjeras del cemento y del acero, cediendo gran parte de su gestión a los propios trabajadores. La IV flota que Estados Unidos comienza a desplegar en el Caribe, también, le irrita.

Sin embargo, el desabastecimiento de alimentos es lo que realmente preocupa al jefe de gobierno bolivariano. La buena relación con Colombia es clave en ese rubro. Petróleo por alimentos no es un mal negocio para ninguno de los dos.

Uribe fue a Venezuela con la consigna de incrementar las relaciones comerciales entre los dos países. Con la firma del TLC entre Estados Unidos y Colombia embolatado, los 6 mil millones de dólares en productos nacionales que Colombia le vende a Venezuela, son como “agua de enero” en estos tiempos de sequía económica, desempleo y seguridad democrática.

Uribe, el jardinero fiel, les cuida las ganancias a los banqueros, a los empresarios y a los industriales locales al tiempo que prepara munición gruesa para la insurgencia “Estoy dispuesto a gastar todo el presupuesto de la nación en recompensas para quienes delaten a guerrilleros”, dijo el sábado en uno de sus habituales consejos comunitarios.

¡Que bueno! hubiera sido escuchar al presidente Uribe diciendo: “estoy dispuesto a gastar todo el presupuesto de la nación en dar salud, educación y comida a mi pueblo que tanto me quiere”. Pero para qué ilusionarse. ¡Eso es lo que hay! No hay más cera que la que arde.

Uribe y Chávez volvieron a encontrarse después de la tormenta, ¡esa es la mejor noticia!

¡Que pena! dos pelados peleando por un peine.

Tomado de Semana.com

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Abajo el absolutismo en Colombia


Es momento crucial que el pueblo colombiano tome conciencia de las personas que están dirigiendo este país, las cuales quieren eliminar los demás poderes para convertir sus funciones en un absolutismo medieval a través de trampas y sobre todo comprando un sin fin de conciencias, con el propósito de tener un control total en todo el territorio de la nación y nublar el pensamiento de los individuos por medio de los instrumentos que ofrecen los medios electrónicos de comunicación.

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